1
DOCUMENTO SOBRE
INVESTIGACIÓN
CON EMBRIONES
Elaborado por el Grupo de Opinión del
Observatori de Bioètica i Dret
Parc Científic de Barcelona
Barcelona, Julio 2000
OBSERVATORI DE BIOÈTICA I DRET
C/ Baldiri Reixac, 4-6
Torre D, 4t
08028 BARCELONA
Tels. + 34 93 403 45 46
Fax: + 34 93 403 45 46
e-mail: obd@pcb.ub.es
http://www.ub.es/fildt/bioetica.htm
http://www.bioeticayderecho.ub.es
http://www.bioeticayderecho.com
2
Portada: Biòpsia d’un embrió humà
Microfotografia Dr. J. Santaló
Imprimeix: Signo Impressió Gràfica, s.a.
C. Múrcia, 54 d, Pol. Ind. Can Calderon
08830 Sant Boi de Llobregat - Barcelona
Dipòsit Legal B3
PRESENTACIÓN
El Grupo de Opinión del Observatori de Bioètica i Dret, con sede en el
Parc Científic de Barcelona, surgió para tratar de dar respuesta a la
necesidad de analizar científicamente y desde un punto de vista
pluridisciplinar, las implicaciones éticas, sociales y jurídicas de las
biotecnologías, y para proponer después actuaciones concretas.
La creación del Observatori de Bioètica i Dret se llevó a cabo con la
intención de participar en el diálogo universidad/sociedad, y con la
finalidad de hacer oír su voz en el conjunto de la sociedad y, más
específicamente, ante los organismos públicos, administrativos o políticos
que regulan y controlan las actividades de investigación y la aplicación
de las nuevas tecnologías. Ello requiere también la voluntad de
establecer relación con los medios de comunicación, para mejorar la
calidad de la información.
En este caso, el grupo ha analizado las cuestiones referentes a la investigación
con embriones, tema de extraordinaria importancia científica
en el momento actual, que suscita reacciones encontradas, de gran
carga ideológica, y ante el cual se requiere un debate social informado,
que permita establecer el suficiente consenso para que se pueda
dar lugar a la correspondiente normativa jurídica, acorde con el sentir
social.
En este tema, como suele suceder en bioética, se requiere una especial
disposición para el diálogo pluridisciplinar, que englobe los planteamientos
ético-filosóficos, los de la antropología cultural, los jurídicos
y los socio-sanitarios, y que se base en una fuerte base técnica y científica,
aportada por aquellas disciplinas cuyas nuevas posibilidades
desencadenan el debate.
Por ello, el grupo ha sido coordinado por un médico especialista en
reproducción humana, el Dr. Josep Egozcue, y una jurista, la Dra. María
Casado, y ha contado con la aportación de los especialistas en biología
celular y embriología, en medicina, en filosofía, en antropología
y en derecho que se relacionan en el anexo.
4
5
PREÁMBULO
Recientemente se ha convertido en realidad lo que parecía solamente
una sospecha: el período embrionario puede ser no sólo un paso hacia
la reproducción, sino también fuente de vida para los ya vivientes, puesto
que las células totipotentes de la masa celular interna del embrión en
fase de blastocisto posibilitarán la regeneración de tejidos, lo que hace
patente la importancia del uso, investigación y experimentación con
embriones, y enfrenta a problemas morales y jurídicos de importancia.
Así, si de la utilización de la vida contenida en el embrión se pueden
derivar bienes, tanto la ética (que busca la felicidad de las personas, si
no se trata de morales lastradas por componentes que no pertenecen al
reino de los humanos) como el derecho (que debe regular sobre los
problemas reales que se plantean a la sociedad) deben ocuparse de estas
cuestiones, proponiendo pautas de conducta asumibles por la mayoría
de los ciudadanos y respetuosas con las minorías, que se materialicen
en el respeto a los Derechos Humanos.
La discusión publica sobre el estatuto de los embriones humanos no ha
hecho más que comenzar pero, sin embargo, en el ámbito de los expertos
ya existe un importante debate que preconiza la necesidad de establecer
normas, no solo jurídicas sino también éticas y deontológicas,
que regulen los problemas relacionados con los embriones humanos.
En los medios de comunicación es constatable que se está utilizando un
lenguaje que delata la existencia de una doble medida: las consideraciones
que se hacen son distintas si la discusión se realiza entre quienes
poseen el poder de la información y el control, los expertos, o ante
la opinión pública. En el primer caso, estando entre iguales, se imponen
unos límites mucho más difusos de lo que públicamente se admite
ante la sociedad, en cuyo caso el lenguaje se inscribe dentro de los
marcos más pudibundos que se piensa serán considerados como políticamente
correctos.
Este documento pretende, precisamente, aportar información y puntos
de vista distintos, tanto para participar en el debate público sobre la
6
cuestión como para proporcionar pautas a la administración y al legislador
con vistas a una posible modificación de la normativa existente
en nuestro país, tratando de encontrar un consenso para las cuestiones
concretas que tranquilice a los ciudadanos y, a la vez, haga funcionar
el orden científico e industrial.
La sociedad en que vivimos es una sociedad plural, constituida por individuos
y colectivos con intereses y sensibilidades diversos, potencialmente
en conflicto, en la cual el ciudadano no constituye simplemente
una pieza más en la suma de la voluntad común, y en la que
precisamente la función de las estructuras estatales es conciliar los distintos
planteamientos en el marco de los principios establecidos por la
Constitución, instrumentando las soluciones a través de leyes parlamentarias.
Habitualmente se utilizan distintas vías para aproximarse al problema
de la investigación con embriones que, o bien hacen hincapié en los
hechos biológicos (que indican que el embrión es parte de un proceso
evolutivo potencial, y sobre lo que existe consenso en la comunidad
científica), o bien abordan las cuestiones desde un punto de vista que
pudiéramos denominar metafísico-teológico, en el que lo que se discute
es una cuestión de absolutos. Entre ambos discursos suele desarrollarse
un diálogo de sordos.
Desde el punto de vista de las realidades científicas existe un alto nivel
de acuerdo, en términos biológicos. Aun siendo el proceso de desarrollo
un continuo, se han establecido ciertos hitos embriológicos que
marcan el inicio o el fin de etapas diferenciadas. Así, el cigoto es el
resultado de la coordinación metafásica de los cromosomas de los
pronúcleos femenino y masculino, y el embrión no puede considerarse
más que un agregado de células humanas hasta que, en la fase de
blastocisto, se produce la determinación de 3-5 células de la masa celular
interna para formar, en el futuro, el cuerpo del embrión.
Científicamente, el concepto de investigación conlleva implícitos los
de observación y experimentación. La observación implica exclusivamente
la investigación mediante la contemplación atenta o, en un sentido
amplio, la obtención de datos sin interferir en el proceso que se está
llevando a cabo. La experimentación es consustancial con la aplicación
de operaciones destinadas a descubrir, comprobar o demostrar determinados
fenómenos o principios científicos.
7
En la actualidad, la ciencia vincula la investigación más estrechamente
a la experimentación que a la mera observación. Así, se define investigar
como “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo
sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una
determinada materia”.
Debido a las características del material que trata, la investigación con
embriones humanos difícilmente puede concebirse como una mera observación
del embrión, ya que con la tecnología actual poca información
puede derivarse de ello. Es por esta razón que, de forma casi ineludible,
debe considerarse que la investigación en este campo ha de estar
basada en la manipulación y experimentación embrionaria.
Por el contrario, desde el punto de vista filosófico-religioso no existe
acuerdo al intentar establecer verdades fundamentales sobre la naturaleza
del embrión. Quizá el verdadero problema estribe en que se intenta
definir, de una vez y para siempre, hitos inamovibles sobre algo que
necesariamente es evolutivo y gradual. Hay algo de esencialista en el
planteamiento que ve al embrión como un individuo desde el momento
de la concepción, frente a la forma de aproximación que considera que
el estatus del embrión debe establecer una protección progresiva, ya
que éste sólo se convierte en un individuo pleno cuando nace.
Pero desde aquí preconizamos un planteamiento distinto, que busque
pautas de conducta asumibles, tomando siempre como punto de partida
los hechos demostrados científicamente, y como marco para el establecimiento
de lo que es o no es aceptable el referente que proporcionan
los Derechos Humanos. Se trata, pues, de seguir una vía de carácter
cultural y social que se apoya en la construcción de los valores morales
y culturales, y su plasmación en normas.
Y, precisamente, es ahí donde juega el Derecho como medio de tratar
los conflictos y como sistema para fijar los acuerdos. Se trata de establecer
pautas de conducta, no de ahondar en la controversia entre planteamientos
enfrentados. Conseguir un compromiso en estas circunstancias
no es un fracaso, sino que lo más probable es que proporcione el
mejor resultado, y el más ético, siempre que se reconozca la legitimidad
de los distintos puntos de vista que se mantienen.
Conviene resaltar que, pese a las discrepancias iniciales que puedan
8
establecerse, es posible encontrar un elevado grado de acuerdo entre
los distintos países de nuestro entorno en la consideración de que el
embrión y el feto tienen un estatus especial, aunque éste sea indefinido.
Suele aceptarse que el tejido fetal y embrionario tienen una significación
mayor que la sangre, o que cualquier órgano o tejido humano aislado,
y que se justifica cierto grado de protección al embrión y al feto,
que en la mayoría de estados no es absoluta, dado que se permite el
aborto en circunstancias generalmente limitadas.
Por el contrario, son variables las leyes nacionales, al establecer algunas
de ellas un marco en que pueden crearse embriones in vitro, mientras
que el Artículo 18.2 de la Convención de Derechos Humanos y
Biomedicina prohíbe la creación de embriones únicamente con propósitos
de investigación. También cabe el acuerdo de otorgar la máxima
eficacia al consentimiento de las personas implicadas en los procesos
de reproducción asistida.
Pero existen diversas interpretaciones sobre si los embriones pueden
ser destruidos, o utilizados para la donación o la investigación (con las
autorizaciones precisas, bajo la vigilancia de comités de ética, dentro
de unos objetivos de investigación limitados y preestablecidos hasta un
máximo de 14 días de desarrollo in vitro) Por otra parte si el objetivo
fuese evitar las pérdidas innecesarias de embriones y de fetos, los estados
tienen el deber de promover campañas para que se eviten los embarazos
no deseados y, por tanto, debe promoverse la educación e información
sexual como parte integral de la salud pública.
En todo caso, estos problemas no son totalmente nuevos en el establecimiento
de políticas públicas en sanidad, donde es frecuente que se
establezca cierta forma de gradualismo. Por ejemplo, así sucede en los
casos de regulación del aborto, o en las políticas sobre conductas sexuales
de riesgo. En todos los supuestos se establece una ponderación entre
los derechos en colisión (que no se consideran como absolutos), una
progresión en la protección (individuo, feto, embrión, e incluso embrión
preimplantacional), y una protección por el derecho de los no
autónomos (por ejemplo, en el ámbito de la experimentación).
La sociedad política debe ser tolerante con aquellas opciones que no
impliquen un sacrificio desorbitado para la comunidad y, en este contexto,
el primer elemento de tolerancia es partir de que son las personas
las que eligen participar o no en un proceso de reproducción asistida, y
9
son ellas las que deciden sobre el destino de los embriones sobrantes,
sea porque el proceso de reproducción ha tenido éxito, sea por que han
decidido abandonarlo. Tan sólo en el caso de que no sea posible conocer
la voluntad de las personas involucradas en el proceso puede la ley
determinar el destino de los embriones.
La propuesta que presentamos parte de que la investigación con embriones
no es, en principio, rechazable. El primer requisito para su aceptación
es el consentimiento de los donantes de los gametos o de los
embriones, y el segundo la idoneidad y proporcionalidad de la investigación
que se propone. El primero hace referencia a la autonomía de
las personas implicadas, y el segundo a las exigencias científicas y a la
valoración social.
Creemos que las normativas que se establezcan en estos campos deben
de estar imbuidas de la idea de provisionalidad, ya que el ritmo de los
descubrimientos científicos y el de la reflexión y normativización son
necesariamente distintos. La distancia entre la valoración y la actuación
real de la sociedad y las normas no debe ser tan grande que convierta
a éstas en colecciones de buenos deseos. Es preciso que el consenso
normativo se establezca a partir de los datos empíricos, y en el
marco de lo establecido por los derechos reconocidos.
En nuestro país existen no sólo normas jurídicas directamente aplicables
(leyes 35/1988, de 22 de noviembre, de técnicas de reproducción
asistida y 42/1988, de 28 de diciembre, de donación y utilización de
embriones y fetos humanos o de sus células tejidos u órganos, y el convenio
de derechos humanos y biomedicina, propugnado por el Consejo
de Europa, cuyo instrumento de ratificación por nuestro país se publico
en el BOE de 20.X.99), sino también dos importantes sentencias del
Tribunal Constitucional (STC 212/96 y STC 116/99).
Esta regulación puede servir de punto de partida. Pero el presente documento
propugna su modificación, en tanto que estima que debe ser
admitida la investigación con embriones no sólo cuando tenga fines
diagnósticos o terapéuticos, y preconiza que se debe permitir crear
embriones para la investigación en determinados casos, siempre que se
justifique y apruebe el protocolo por una comisión ad hoc, y siempre
que se cuente con el requisito, previo en todos los casos pero no suficiente,
de disponer de la conformidad de los donantes de los gametos o
de los embriones.
10
En estos casos, los comités que evalúen los protocolos de investigación
sobre embriones deben ser los que determinen la coherencia del método
científico propuesto, y establezcan criterios de proporcionalidad entre
medios y fines. Dichos comités deberán ser plurales e integrados
multidisciplinariamente, aunque conformados por personas idóneas para
decidir sobre la coherencia de la investigación y su proporcionalidad
(medios/fines), y con capacidad para buscar fórmulas de consenso real,
y no meras yuxtaposiciones de posiciones diversas.
Toda decisión político-jurídica debe tener en cuenta que es una decisión
que se toma en unas coordenadas espacio-tiempo concretas y finitas.
Si se trata de una decisión que vincula con carácter general, debe
ponderar el interés general sobre el particular, y si se trata, por el contrario,
de una decisión que afecta personas concretas, debe proteger y
ponderar los intereses en juego de las partes implicadas.
En todo caso, quien decide en derecho debe plantearse si su resolución,
que afecta a derechos fundamentales, en este caso la libertad de investigación,
puede entrar en pugna con otros derechos, como la salud, con
los intereses de los afectados, o con principios y valores como la dignidad
humana – que puede ser entendida de muy diversas formas, pero
que no poseen los embriones, ya que no son personas.
Aquí pueden entrar en juego órdenes normativos diversos, con sus correspondientes
sanciones: dentro de las jurídicas, desde las administrativas
a las civiles y penales; pero también las deontológicas y las de la
buena práctica profesional pueden entrar a formar parte del continuo de
medidas de control.
Este grupo de opinión del Observatori de Bioètica i Dret trata de partir,
en sus propuestas, no del miedo sino de la libertad, estableciendo luego
las condiciones de su ejercicio y los límites, si es necesario. Y propugna
que es posible establecer acuerdos respecto a lo que hay que
hacer en determinadas circunstancias, aunque se difiera en las razones
para ello. Sólo en la consideración que, desde principios distintos se
puede convenir en las mismas pautas, concretas y revisables, se puede
ir avanzando en el tratamiento y la resolución de los problemas bioéticos.
11
DECLARACIÓN
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Considerando que los problemas que generan las nuevas tecnologías
reproductivas sólo pueden afrontarse en el contexto de la discusión plural,
el encuentro entre especialistas de distintas disciplinas científicas y
sociales y un debate social profundo.
Considerando que uno de los fines de la actividad estatal es promover
la investigación científica, entendida como aquella que se realiza con
una metodología coherente y en busca de fines racionales, orientados a
la mejora de la calidad de vida del ser humano.
Considerando que existen en España miles de embriones congelados en
centros especializados de reproducción asistida, y que la ley no da respuestas
concretas respecto a los embriones que han dejado de formar
parte de un proyecto parental.
Considerando que no se encuentran objeciones razonables a la investigación
con embriones sobrantes o con embriones creados para la investigación.
Considerando que es necesario contribuir al debate social a fin de crear
elementos que orienten la política legislativa del Estado.
Conscientes de que los criterios de actuación en bioética deben ser revisados
periódicamente, en función del desarrollo de la ciencia.
El Grupo de Opinión del Observatori de Bioètica i Dret ha llegado a
las siguientes
12
CONCLUSIONES
I
La investigación con embriones producidos in vitro no es rechazable.
La investigación no tiene que limitarse a fines meramente diagnósticos
o terapéuticos, y podrá realizarse en las circunstancias y casos que a
continuación se indican:
1. Con embriones sobrantes de procedimientos de reproducción asistida
cuando así lo consientan las personas comprometidas en el proyecto
parental:
En el momento de su admisión en un programa de reproducción asistida,
las personas comprometidas en el proyecto parental deberán decidir
el destino de sus embriones, y formalizar esta decisión por medio de un
documento de consentimiento informado.
Esta decisión comprenderá la elección jerarquizada entre el uso de los
embriones sobrantes para ciclos ulteriores, la donación de los embriones
con fines reproductivos, la donación de los embriones para la investigación
científica, o su destrucción.
Se establecerán las condiciones en las que las personas comprometidas
en el proceso de reproducción asistida darán su consentimiento. En todo
momento el consentimiento será revocable y modificable.
En ningún caso la decisión respecto del destino de los embriones condicionará
la admisión en el programa de reproducción asistida, o la forma
en que éste se lleve a cabo. En los casos en que las personas comprometidas
en el proyecto parental no tomen ninguna decisión acerca
del destino de los embriones sobrantes, se inseminarán tan sólo los
ovocitos necesarios para un ciclo de tratamiento.
Con carácter transitorio, para el caso de los embriones sobrantes ya
existentes y sobre los que no hubo en su día decisión previa acerca de
su destino, se deberá localizar a las personas que estuvieron comprometidas
en el proyecto parental, a fin de que manifiesten su voluntad
actual de acuerdo con los criterios antes establecidos.
En el caso que no sea posible conocer la voluntad de las personas que
13
han estado comprometidas en el proyecto parental, el centro depositario
de los embriones podrá decidir sobre el destino de éstos una vez
transcurrido el plazo determinado por la ley.
El centro considerará utilizar los embriones en otros procesos de reproducción
asistida, o destinarlos a la investigación científica. De no
ser posibles las opciones anteriores, los embriones serán destruidos.
2. Con embriones creados expresamente para la investigación de procesos
patológicos de que están afectos las parejas donantes:
Se incluyen en este apartado los embriones obtenidos de parejas portadoras
de una patología específica, que donan expresamente sus embriones
para la investigación del proceso que las aqueja.
La investigación estará orientada al estudio de la patología concreta de
la pareja donante, según los objetivos establecidos en el documento de
consentimiento informado suscrito por ellos.
3. Con embriones creados a partir de gametos donados para la investigación,
y fuera del contexto de un proyecto parental:
Se establecerán sistemas de coordinación para que los que los gametos
procedentes de individuos que permitan obtener modelos relevantes de
patología humana sean empleados con este fin.
4. Con embriones somáticos obtenidos por clonación:
En la medida que las técnicas lo permitan, se considera una alternativa
recomendable la investigación con embriones somáticos, creados por
clonación, si se comprueba que sus características de desarrollo son
comparables a las de los embriones gaméticos.
También se considera una alternativa recomendable el empleo de embriones
somáticos producidos con células donadas por pacientes afectos
de patologías genéticas, ya que al estar necesariamente afectos por
la enfermedad, constituyen, per se, modelos idóneos para la investigación.
14
II
En tanto el estado actual de la ciencia no haga cambiar esta pauta, la
investigación con embriones sólo deberá realizarse hasta los 14 días
de desarrollo.
La creación de embriones gaméticos para la investigación sólo se considerará
recomendable en caso de que no sea posible obtener resultados
con modelos animales, con embriones sobrantes o con embriones
somáticos.
Los embriones que han sido utilizados para la investigación no terapéutica
no podrán ser transferidos.
La investigación con embriones será evaluada, regulada, aprobada y
controlada por la autoridad competente. La actuación de esta autoridad
supondrá la valoración de la justificación y necesidad de los proyectos
de investigación que impliquen la utilización de embriones.
15
RELACIÓN DE MIEMBROS DEL GRUPO DE OPINIÓN
DEL OBSERVATORI DE BIOÈTICA I DRET QUE HAN
ELABORADO ESTE DOCUMENTO
Dra. María Casado. Directora del Observatori de Bioètica i Dret y del
Master de Bioética y Derecho de la Universitat de Barcelona. Secretaria
de la Comisión de Ética de la UB.
Dr. Josep Egozcue. Catedrático de Biología Celular, Universitat
Autònoma de Barcelona. Asesor del Consejo de Europa y de la Comisión
Europea.
Dr. Camilo Cela Conde. Catedrático de Filosofía Moral de la
Universitat de les Illes Balears.
Dra. Mirentxu Corcoy. Catedrática de Derecho Penal. Universidad
Pública de Navarra.
Dr. Joaquín Martínez Montauti. Coordinador del Servicio de Medicina
Interna del Hospital de Barcelona.
Dra. M. Jesús Montoro. Catedrática de Derecho Administrativo,
Universitat de Barcelona.
Dra. Francesca Puigpelat. Catedrática de Filosofía del Derecho,
Universitat Autònoma de Barcelona. Secretaria del Comité de Ética de
la UAB.
Dra. Encarna Roca. Catedrática de Derecho Civil, Universitat de Barcelona.
Dr. Albert Royes. Profesor de Ética Médica, Facultad de Medicina,
Universitat de Barcelona.
Dr. Javier Sádaba. Catedrático de Ética, Universidad Autónoma de
Madrid.
16
Dra. Ana Sánchez Urrutia. Profesora de Derecho Constitucional,
Universitat de Barcelona.
Dr. Josep Santaló. Profesor de Biología de la Reproducción,
Departament de Biologia Cel.lular, Universitat Autònoma de Barcelona.
Dr. Carlos Simón. Director de Investigación del Instituto Valenciano
de Infertilidad. Valencia.
Dr. Ramón Valls. Catedrático de Historia de la Filosofía y Síndic de
Greuges de la Universitat de Barcelona
Dra. Anna Veiga. Directora del Servei de Biologia, Departament de
Ginecologia, Institut Universitari Dexeus, Barcelona.
Dr. José Luis Velázquez. Profesor Titular de Ética de la Universidad
Autónoma Madrid
Dra. Francesca Vidal. Profesora de Biología de la Reproducción,
Departament de Biologia Cel.lular, Universitat Autònoma de Barcelona.
17
OBSERVATORI DE BIOÈTICA I DRET
C/ Baldiri Reixac, 4-6
Torre D, 4t
08028 BARCELONA
Tels. + 34 93 403 45 46
Fax: + 34 93 403 45 46
A/e: obd@pcb.ub.es
http://www.ub.es/fildt/bioetica.htm
http://www.bioeticayderecho.ub.es
http://www.bioeticayderecho.com
DOCUMENT SOBRE
INVESTIGACIÓ
AMB EMBRIONS
Elaborat pel Grup d’Opinió de
l’Observatori de Bioètica i Dret
Parc Científic de Barcelona
Barcelona, juliol de 2000
18
19
PRESENTACIÓ
El Grup d’Opinió de l’Observatori de Bioètica i Dret, amb seu al Parc
Científic de Barcelona, va sorgir per intentar donar resposta a la necessitat
d’analitzar científicament i des d’un punt de vista pluridisciplinari,
les implicacions ètiques, socials i jurídiques de les
biotecnologies, i per proposar després actuacions concretes.
La creació de l’Observatori de Bioètica i Dret es va dur a terme amb la
intenció de participar en el diàleg universitat-societat, i amb la finalitat
de fer sentir la seva veu en el conjunt de la societat i, més específicament,
davant dels organismes públics, administratius o polítics que
regulen i controlen les activitats d’investigació i l’aplicació de les noves
tecnologies. Això requereix també la voluntat d’establir relació amb
els mitjans de comunicació, per millorar la qualitat de la informació.
En aquest cas, el grup ha analitzat les qüestions referents a la investigació
amb embrions, tema d’extraordinària importància científica en
el moment actual, que suscita reaccions enfrontades, de gran càrrega
ideològica, i davant del qual es requereix un debat social informat, que
permeti establir el consens suficient perquè es pugui donar lloc a la
corresponent normativa jurídica, concorde amb el sentir social.
En aquest tema, com sol succeir en bioètica, es requereix una especial
disposició per al diàleg pluridisciplinari, que englobi els plantejaments
eticofilosòfics, els de l’antropologia cultural, els jurídics i els sociosanitaris,
i que es basi en una forta base tècnica i científica, aportada per
aquelles disciplines les noves possibilitats de les quals desencadenen
el debat.
Per això, el grup ha estat coordinat per un metge especialista en reproducció
humana, el Dr. Josep Egozcue, i una jurista, la Dra. María Casado,
i ha comptat amb l’aportació dels especialistes en biologia
cel•lular i embriologia, en medicina, en filosofia, en antropologia i en
dret que es relacionen a l’annex.
20
21
PREÀMBUL
Recentment s’ha convertit en realitat el que semblava només una sospita:
el període embrionari pot ser no solament un pas cap la reproducció,
sinó també font de vida per als ja vivents, ja que les cèl•lules totipotents
de la massa cel•lular interna de l’embrió en fase de blastocist possibilitaran
la regeneració de teixits, cosa que fa patent la importància de l’ús,
investigació i experimentació amb embrions, i ens encara amb problemes
morals i jurídics d’importància.
Així, si de la utilització de la vida continguda en l’embrió en poden
derivar béns, tant l’ètica (que busca la felicitat de les persones, si no es
tracta de morals amb el llast de components que no pertanyen al regne
dels humans) com el dret (que ha de regular sobre els problemes reals
que es plantegen a la societat) han d’ocupar-se d’aquestes qüestions,
proposant pautes de conducta assumibles per la majoria dels ciutadans
i respectuoses amb les minories, que es materialitzin en el respecte als
drets humans.
La discussió pública sobre l’estatut dels embrions humans no ha fet
més que començar però, tanmateix, en l’àmbit dels experts ja hi ha un
important debat que preconitza la necessitat d’establir normes, no únicament
jurídiques sinó també ètiques i deontològiques, que regulin els
problemes relacionats amb els embrions humans.
En els mitjans de comunicació és constatable que s’està utilitzant un
llenguatge que delata l’existència d’una doble mesura: les consideracions
que es fan són diferents si la discussió es realitza entre els qui posseeixen
el poder de la informació i el control, els experts, o davant de
l’opinió pública. En el primer cas, estant entre iguals, s’imposen uns
límits molt més difusos del que públicament s’admet davant de la societat,
cas en què el llenguatge s’inscriu dins dels marcs més pudibunds
que es pensa que seran considerats com a políticament correctes.
Aquest document pretén, precisament, aportar informació i punts de
vista diferents, tant per participar en el debat públic sobre la qüestió
com per proporcionar pautes a l’administració i al legislador amb vista
22
a una possible modificació de la normativa existent al nostre país, intentant
trobar un consens per a les qüestions concretes que tranquil•litzi
els ciutadans i, alhora, faci funcionar l’ordre científic i industrial.
La societat en la qual vivim és una societat plural, constituïda per individus
i col•lectius amb interessos i sensibilitats diversos, potencialment
en conflicte en la qual el ciutadà no constitueix simplement una peça
més en la suma de la voluntat comuna, i en la qual precisament la funció
de les estructures estatals és conciliar els diferents plantejaments en
el marc dels principis establerts per la Constitució, instrumentant les
solucions a través de lleis parlamentàries.
Habitualment s’utilitzen diferents vies per aproximar-se al problema de
la investigació amb embrions que, o bé posen èmfasi en els fets biològics
(que indiquen que l’embrió és part d’un procés evolutiu potencial,
sobre la qual cosa hi ha consens en la comunitat científica), o bé escometen
les qüestions des d’un punt de vista que podríem denominar metafisicoteològic,
en el qual el que es discuteix és una qüestió d’absoluts.
Entre ambdós discursos sol desenvolupar-se un diàleg de sords.
Des del punt de vista de les realitats científiques hi ha un alt nivell
d’acord, en termes biològics. Fins i tot sent el procés de desenvolupament
un continu, s’han establert certes fites embriològiques que marquen
l’inici o la fi d’etapes diferenciades. Així, el zigot és el resultat de
la coordinació metafàsica dels cromosomes dels pronuclis femení i
masculí, i l’embrió no pot considerar-se més que un agregat de cèl•lules
humanes fins que, en la fase de blastocist, es produeix la determinació
de 3-5 cèl•lules de la massa cel•lular interna per formar, en el futur, el
cos de l’embrió.
Científicament, el concepte d’investigació comporta implícits els d’observació
i experimentació. L’observació implica exclusivament la investigació
mitjançant la contemplació atenta o, en un sentit ampli,
l’obtenció de dades sense interferir en el procés que s’està duent a terme.
L’experimentació és consubstancial amb l’aplicació d’operacions
destinades a descobrir, comprovar o demostrar determinats fenòmens o
principis científics.
Actualment, la ciència vincula la investigació més estretament a l’experimentació
que a la mera observació. Així, es defineix investigar com
23
«realitzar activitats intel•lectuals i experimentals de manera sistemàtica
per tal d’augmentar els coneixements sobre una determinada matèria
».
A causa de les característiques del material que tracta, la investigació
amb embrions humans difícilment pot concebre’s com una mera observació
de l’embrió, ja que amb la tecnologia actual poca informació pot
derivar-se’n. És per aquesta raó que, de forma gairebé ineludible, s’ha
de considerar que la investigació en aquest camp ha d’estar basada en
la manipulació i experimentació embrionària.
Al contrari, des del punt de vista filosoficoreligiós no hi ha acord en
intentar establir veritats fonamentals sobre la naturalesa de l’embrió.
Potser el veritable problema rau en el fet que s’intenta definir, d’una
vegada i per sempre, fites inamovibles sobre una cosa que necessàriament
és evolutiva i gradual. Hi ha alguna cosa d’essencialista en el plantejament
que veu l’embrió com un individu des del moment de la
concepció, enfront de la forma d’aproximació que considera que l’estatus
de l’embrió ha d’establir una protecció progressiva, ja que aquest
només es converteix en un individu ple quan neix.
Però des d’aquí preconitzem un plantejament diferent, que busqui pautes
de conducta assumibles, prenent sempre com a punt de partida els
fets demostrats científicament, i com a marc per a l’establiment del que
és o no és acceptable el referent que proporcionen els drets humans. Es
tracta, doncs, de seguir una via de caràcter cultural i social que recolza
sobre la construcció dels valors morals i culturals, i la seva plasmació
en normes.
I, precisament, és aquí on el Dret té un paper com a mitjà de tractar els
conflictes i com a sistema per fixar els acords. Es tracta d’establir pautes
de conducta, no d’atiar la controvèrsia entre plantejaments enfrontats.
Aconseguir un compromís en aquestes circumstàncies no és un
fracàs, sinó que el més probable és que proporcioni el millor resultat, i
el més ètic, sempre que es reconegui la legitimitat dels diferents punts
de vista que es mantenen.
Convé ressaltar que, malgrat les discrepàncies inicials que puguin establir-
se, és possible trobar un grau elevat d’acord entre els diferents països
del nostre entorn en la consideració que l’embrió i el fetus tenen un
24
estatus especial, encara que aquest sigui indefinit. Sol acceptar-se que
el teixit fetal i l’embrionari tenen una significació més gran que la sang
o que qualsevol òrgan o teixit humà aïllat, i que es justifica cert grau de
protecció a l’embrió i al fetus, que a la majoria d’estats no és absoluta,
ja que es permet l’avortament en circumstàncies generalment limitades.
Al contrari, les lleis nacionals són variables. Algunes estableixen un
marc en el qual poden crear-se embrions in vitro, mentre que l’article
18.2 del Conveni de Drets Humans i Biomedicina prohibeix la creació
d’embrions únicament amb propòsits d’investigació. També és possible
arribar a l’acord d’atorgar la màxima eficàcia al consentiment de
les persones implicades en els processos de reproducció assistida.
Però hi ha diverses interpretacions sobre si els embrions poden ser destruïts,
o utilitzats per a la donació o la investigació (amb les autoritzacions
necessàries, sota la vigilància de comitès d’ètica, dins d’uns objectius
d’investigació limitats i preestablerts, fins a un màxim de 14 dies de
desenvolupament in vitro). D’altra banda, si l’objectiu fos evitar les
pèrdues innecessàries d’embrions i de fetus, els estats tenen el deure de
promoure campanyes perquè s’evitin els embarassos no desitjats i, per
tant, han de promoure l’educació i informació sexual com a part integral
de la salut pública.
En tot cas, aquests problemes no són totalment nous en l’establiment de
polítiques públiques en sanitat, on és freqüent que s’estableixi certa
forma de gradualisme. Per exemple, així succeeix en els casos de regulació
de l’avortament, o en les polítiques sobre conductes sexuals de
risc. En tots els supòsits s’estableix una ponderació entre els drets en
col•lisió (que no es consideren com a absoluts), una progressió en la
protecció (individu, fetus, embrió, i fins i tot embrió preimplantacional),
i una protecció pel dret dels no autònoms (per exemple, en l’àmbit
de l’experimentació).
La societat política ha de ser tolerant amb aquelles opcions que no impliquin
un sacrifici desorbitat per a la comunitat i, en aquest context, el
primer element de tolerància és partir del fet que són les persones les
que elegeixen participar o no en un procés de reproducció assistida, i
són elles les que decideixen sobre el destí dels embrions sobrants, sigui
perquè el procés de reproducció ha tingut èxit, sigui perquè han decidit
25
abandonar-lo. Tan sols en el cas de que no sigui possible conèixer la
voluntat de les persones involucrades en el procés pot la llei determinar
el destí dels embrions.
La proposta que presentem parteix del fet que la investigació amb embrions
no és, en principi, rebutjable. El primer requisit per a la seva
acceptació és el consentiment dels donants dels gàmetes o dels embrions,
i el segon la idoneïtat i proporcionalitat de la investigació que es
proposa. El primer fa referència a l’autonomia de les persones implicades,
i el segon a les exigències científiques i a la valoració social.
Creiem que les normatives que s’estableixin en aquests camps han d’estar
imbuïdes de la idea de provisionalitat, ja que el ritme dels descobriments
científics i el de la reflexió i normativització són necessàriament
diferents. La distància entre la valoració i l’actuació real de la societat
i les normes no ha de ser tan gran que converteixi aquestes en col•-
leccions de bons desigs. És necessari que el consens normatiu s’estableixi
a partir de les dades empíriques, i en el marc d’allò establert pels
drets reconeguts.
Al nostre país existeixen no només normes jurídiques directament aplicables
(lleis 35/1988, de 22 de novembre, de tècniques de reproducció
assistida i 42/1988, de 28 de desembre, de donació i utilització d’embrions
i fetus humans o de les seves cèl•lules, teixits o òrgans, i el Conveni
de Drets Humans i Biomedicina, propugnat pel Consell d’Europa,
l’instrument de ratificació del qual per al nostre país es va publicar en
el BOE de 20.X.99), sinó també dues importants sentències del Tribunal
Constitucional (STC 212/96 i STC 116/99).
Aquesta regulació pot servir de punt de partida. Però aquest document
en propugna la modificació, ja que estima que la investigació amb embrions
ha d’estar admesa no només quan tingui finalitats diagnòstiques
o terapèutiques, i preconitza que s’ha de permetre crear embrions per a
la investigació en determinats casos, sempre que es justifiqui i aprovi
el protocol una comissió ad hoc, i sempre que es compti amb el requisit,
previ en tots els casos però no suficient, de disposar de la conformitat
dels donants dels gàmetes o dels embrions.
En aquests casos, els comitès que avaluïn els protocols d’investigació
sobre embrions han de ser els que determinin la coherència del mètode
26
científic proposat, i estableixin criteris de proporcionalitat entre mitjans
i finalitats. Els esmentats comitès hauran de ser plurals i integrats
multidisciplinàriament, però hauran d’estar conformats per persones
idònies per decidir sobre la coherència de la investigació i la seva proporcionalitat
(mitjans/finalitats), i amb capacitat per buscar fórmules
de consens real, i no meres juxtaposicions de posicions diverses.
Tota decisió politicojurídica ha de tenir en compte que és una decisió
que es pren en unes coordenades d’espai i temps concretes i finites. Si
es tracta d’una decisió que vincula amb caràcter general, ha de ponderar
l’interès general sobre el particular, i si es tracta, al contrari, d’una
decisió que afecta persones concretes, ha de protegir i ponderar els interessos
en joc de les parts implicades.
En tot cas, qui decideix en dret ha de plantejar-se si la seva resolució,
que afecta drets fonamentals, en aquest cas la llibertat d’investigació,
pot entrar en pugna amb altres drets, com ara la salut, amb els interessos
dels afectats, o amb principis i valors com ara la dignitat humana —
que pot ser entesa de molt diverses formes, però que no posseeixen els
embrions, ja que no són persones.
Aquí poden entrar en joc ordres normatius diversos, amb les seves sancions
corresponents: dins de les jurídiques, des de les administratives a
les civils i penals; però també les deontològiques i les de la bona pràctica
professional poden entrar a formar part del continu de mesures de
control.
Aquest Grup d’Opinió de l’Observatori de Bioètica i Dret tracta de partir,
en les seves propostes, no de la por sinó de la llibertat, i establir
després les condicions del seu exercici i els límits, si és necessari. I
propugna que és possible establir acords respecte al que s’ha de fer en
determinades circumstàncies, encara que es difereixi en les raons per a
això. Només en la consideració que, des de principis diferents es pot
convenir en les mateixes pautes, concretes i revisables, es pot anar avançant
en el tractament i la resolució dels problemes bioètics.
27
DECLARACIÓ
EXPOSICIÓ DE MOTIUS
Considerant que els problemes que generen les noves tecnologies reproductives
només poden afrontar-se en el context de la discussió plural,
l’encontre entre especialistes de diferents disciplines científiques i
socials i un debat social profund,
Considerant que una de les finalitats de l’activitat estatal és promoure
la investigació científica, entesa com aquella que es realitza amb una
metodologia coherent i a la recerca de finalitats racionals, orientades a
la millora de la qualitat de vida de l’ésser humà,
Considerant que a Espanya hi ha milers d’embrions congelats en centres
especialitzats de reproducció assistida, i que la llei no dóna respostes
concretes respecte als embrions que han deixat de formar part d’un
projecte parental,
Considerant que no es troben objeccions raonables a la investigació
amb embrions sobrants o amb embrions creats per a la investigació,
Considerant que és necessari contribuir al debat social a fi de crear elements
que orientin la política legislativa de l’Estat,
Conscients que els criteris d’actuació en bioètica han de ser revisats
periòdicament, en funció del desenvolupament de la ciència,
El Grup d’Opinió de l’Observatori de Bioètica i Dret ha arribat a les
següents
28
CONCLUSIONS
I
La investigació amb embrions produïts in vitro no és rebutjable. La
investigació no ha de limitar-se a finalitats merament diagnòstiques o
terapèutiques, i podrà realitzar-se en les circumstàncies i casos que s’indiquen
a continuació:
1. Amb embrions sobrants de procediments de reproducció assistida
quan així ho consentin les persones compromeses en el projecte parental:
En el moment de la seva admissió en un programa de reproducció assistida,
les persones compromeses en el projecte parental hauran de decidir
el destí dels seus embrions, i formalitzar aquesta decisió per mitjà d’un
document de consentiment informat.
Aquesta decisió comprendrà l’elecció jerarquitzada entre l’ús dels embrions
sobrants per a cicles ulteriors, la donació dels embrions amb
finalitats reproductives, la donació dels embrions per a la investigació
científica, o la seva destrucció.
S’establiran les condicions en les quals les persones compromeses en
el procés de reproducció assistida donaran el seu consentiment. Tothora
el consentiment serà revocable i modificable.
En cap cas la decisió respecte al destí dels embrions condicionarà l’admissió
en el programa de reproducció assistida, o la forma en la qual
aquest es dugui a terme. En els casos en els quals les persones compromeses
en el projecte parental no prenguin cap decisió sobre el destí dels
embrions sobrants, s’inseminaran tan sols els ovòcits necessaris per a
un cicle de tractament.
Amb caràcter transitori, per al cas dels embrions sobrants ja existents i
sobre els quals no hi va haver en el seu dia decisió prèvia sobre el seu
destí, s’hauran de localitzar les persones que van estar compromeses en
el projecte parental, a fi que manifestin la seva voluntat actual d’acord
amb els criteris establerts abans.
En el cas que no sigui possible conèixer la voluntat de les persones que
han estat compromeses en el projecte parental, el centre dipositari dels
29
embrions podrà decidir sobre el destí d’aquests una vegada hagi transcorregut
el termini determinat per la llei.
El centre haurà de considerar si utilitza els embrions en altres processos
de reproducció assistida o si els destina a la investigació científica.
Si no són possibles les opcions anteriors, els embrions seran destruïts.
2. Amb embrions creats expressament per a la investigació de processos
patològics que afecten les parelles donants:
S’inclouen en aquest apartat els embrions obtinguts de parelles portadores
d’una patologia específica, que donen expressament els seus embrions
per a la investigació del procés que les afecta.
La investigació estarà orientada a l’estudi de la patologia concreta de la
parella donant, segons els objectius establerts al document de consentiment
informat que la parella haurà subscrit.
3. Amb embrions creats a partir de gàmetes donats per a la investigació,
i fora del context d’un projecte parental:
S’establiran sistemes de coordinació perquè els gàmetes procedents d’individus
que permetin obtenir models rellevants de patologia humana
siguin emprats amb aquesta finalitat.
4. Amb embrions somàtics obtinguts per clonatge:
En la mesura que les tècniques ho permetin, es considera una alternativa
recomanable la investigació amb embrions somàtics, creats per clonatge,
si es comprova que les seves característiques de desenvolupament
són comparables a les dels embrions gamètics.
També es considera una alternativa recomanable la utilització d’embrions
somàtics produïts amb cèl•lules donades per pacients afectats per
patologies genètiques, ja que en estar necessàriament afectats per la
malaltia, constitueixen, per se, models idonis per a la investigació.
30
II
Mentre l’estat actual de la ciència no faci canviar aquesta pauta, la investigació
amb embrions només es podrà realitzar durant els 14 primers
dies de desenvolupament.
La creació d’embrions gamètics per a la investigació només es considerarà
recomanable en cas que no sigui possible obtenir resultats amb
models animals, amb embrions sobrants o amb embrions somàtics.
Els embrions que han estat utilitzats per a la investigació no terapèutica
no podran ser transferits.
La investigació amb embrions serà avaluada, regulada, aprovada i controlada
per l’autoritat competent. L’actuació d’aquesta autoritat suposarà
la valoració de la justificació i necessitat dels projectes
d’investigació que impliquin la utilització d’embrions.
31
RELACIÓ DE MEMBRES DEL GRUP D’OPINIÓ DE
L’OBSERVATORI DE BIOÈTICA I DRET QUE HAN
ELABORAT AQUEST DOCUMENT
Dra. María Casado. Directora de l’Observatori de Bioètica i Dret i
del Màster de Bioètica i Dret de la Universitat de Barcelona. Secretària
de la Comissió d’Ètica de la UB.
Dr. Josep Egozcue. Catedràtic de Biologia Cel•lular de la Universitat
Autònoma de Barcelona. Assessor del Consell d’Europa i de la Comissió
Europea.
Dr. Camilo Cela Conde. Catedràtic de Filosofia Moral de la Universitat
de les Illes Balears.
Dra. Mirentxu Corcoy. Catedràtica de Dret Penal de la Universitat
Pública de Navarra.
Dr. Joaquín Martínez Montauti. Coordinador del Servei de Medicina
Interna de l’Hospital de Barcelona.
Dra. M. Jesús Montoro. Catedràtica de Dret Administratiu de la Universitat
de Barcelona.
Dra. Francesca Puigpelat. Catedràtica de Filosofia del Dret de la
Universitat Autònoma de Barcelona. Secretària del Comitè d’Ètica de
la UAB.
Dra. Encarna Roca. Catedràtica de Dret Civil de la Universitat de
Barcelona.
Dr. Albert Royes. Professor d’Ètica Mèdica de la Facultat de Medicina
de la Universitat de Barcelona.
Dr. Javier Sádaba. Catedràtic d’Ètica de la Universitat Autònoma de
Madrid.
32
Dra. Ana Sánchez Urrutia. Professora de Dret Constitucional de la
Universitat de Barcelona.
Dr. Josep Santaló. Professor de Biologia de la Reproducció del Departament
de Biologia Cel•lular de la Universitat Autònoma de
Barcelona.
Dr. Carlos Simón. Director d’Investigació de l’Institut Valencià d’Infertilitat
de València.
Dr. Ramón Valls. Catedràtic d’Història de la Filosofia i síndic de greuges
de la Universitat de Barcelona.
Dra. Anna Veiga. Directora del Servei de Biologia del Departament
de Ginecologia de l’Institut Universitari Dexeus de Barcelona.
Dr. José Luis Velázquez. Professor titular d’Ètica de la Universitat
Autònoma Madrid.
Dra. Francesca Vidal. Professora de Biologia de la Reproducció del
Departament de Biologia Cel•lular de la Universitat Autònoma de
Barcelona.
33
OBSERVATORI DE BIOÈTICA I DRET
C/ Baldiri Reixac, 4-6
Torre D, 4t
08028 BARCELONA
Tels. + 34 93 403 45 46
Fax: + 34 93 403 45 46
A/e: obd@pcb.ub.es
http://www.ub.es/fildt/bioetica.htm
http://www.bioeticayderecho.ub.es
http://www.bioeticayderecho.com
DECLARATION ON
EMBRYO
RESEARCH
prepared by the Opinion Group
of Bioethics and Law Obsevatori
Barcelona, July 2000
34
35
INTRODUCTION
The Opinion Group of the Observatori de Bioètica i Dret, based at the
Parc Científic de Barcelona, was formed to study the ethical, social
and legal implications of new biotechnology techniques from a scientific
and multidisciplinary point of view, and to make specific proposals for
actions to be taken.
The Observatori de Bioètica i Dret itself was created with a view to
participating in the university-society dialogue and to make its voice
heard in the wider society; more specifically its aim was to have its
opinion considered by the public, administrative and political bodies
which regulate and control research and application of new technologies.
Achieving these aims also demands a fluid relationship with the media,
to improve the quality of the information available.
In this particular case, the group has studied the implications of embryo
research, an area today of outstanding scientific importance, which
arouses contradictory reactions, often highly ideological in nature, and
which requires informed social debate if we are to achieve sufficient
consensus for the enactment of legislation which will reflect the
prevailing opinion in our society.
As tends to occur in issues arising in bioethics, there is a great need for
multidisciplinary dialogue encompassing the ethical, philosophical,
anthropological, legal, social and health aspects of each issue, all of
which need to be solidly based on technical and scientific input from
the disciplines whose advances underlie the entire debate.
Therefore, the group has been coordinated by a medical specialist in
human reproduction, Dr. Josep Egozcue, and by a jurist, Dr. María
Casado, and has received submissions from specialists in cell biology
and embryology, medicine, philosophy, anthropology and law, as
acknowledged in the annex.
37
PREAMBLE
What was once a mere suspicion has now become reality: the embryo,
in addition to being one step in the process of reproduction, can also
become a source of life for the already living, since the stem cells of the
inner cell mass of the blastocyst enable the regeneration of tissues, thus
highlighting the importance of the use, research and experimentation
with embryos, and leading to significant moral and legal dilemmas.
If the use of this potential life within the embryo can lead to benefits,
then both Ethics (which seeks human happiness, except when moral
issues are burdened by components which do not belong to the realm of
humans) and Law (which seeks to regulate for the real problems facing
society) must concern themselves with these issues, and propose
behavioural guidelines which are acceptable to the majority and yet
respectful of minorities, through scrupulous observance of Human
Rights.
The public debate concerning the status of the human embryo has only
just begun; however, the debate among experts is already well
established and recognises the need for rules, not only legislation but
also ethical and deontological guidelines, to clarify the problematic
issues concerning research using the human embryo.
In the media, we find a use of language which denotes a double yardstick:
one for debate among those possessing the power of information and
control, i.e., the experts; and another for the more general public opinion.
In the former case, which corresponds to a debate among equals, the
limits applied are much more difusse than those accepted when the matter
is put before society as a whole, in which case the language takes on a
more prudish tone which, it is thought, will be seen as more politically
correct.
This present document sets out to provide different information and
points of view, both for the purpose of participating in the public debate
and to offer guidelines to the government and to the legislators for
possible future modification of the existing law in Spain. It also seeks
38
to reach consensus on specific issues so as to reassure society and, at
the same time, allow science and industry to advance.
The society in which we live is a plural one, made up of individuals
and groups with their own interests and varied sensitivities, all
potentially in conflict, and in which the individual is not a mere cog in
the machine of common will. In such a society the function of the state’s
structures is to reconcile the various views in accordance with the
principles established by the Constitution, through the enactment of
parliamentary laws.
There are two approaches usually taken to the issue of embryo research:
one which tends to either focus on mainly biological aspects (stressing
that the embryo is part of a potential developmental process, on which
there exists scientific consensus), and another which adopts a point of
view that we could term metaphysico-theological in outlook, and which
debates the issues in terms of absolute values. Between both approaches
any contact which occurs tends to become a dialogue of the deaf.
From the point of view of scientific reality, there is a high degree of
consensus, in biological terms. While development is a continuous
process, certain embryological milestones have been accepted as
marking the onset or the end of different stages. Thus, the zygote is the
result of the metaphase coordination of the male and female pronuclei,
and the embryo cannot be considered anything more than an aggregate
of human cells until the time when from three to five cells of the inner
cell mass of the blastocyst become determined, to form the future body
of the embryo.
In scientific terms, the concept of research can connote both observation
and experimentation. Observation implies research carried out
exclusively by means of attentive contemplation or, in a wider sense,
the obtainment of data without interfering in the process being observed.
Experimentation, on the other hand, involves the application of
operations which aim to discover, confirm or demonstrate given
scientific principles or phenomena.
At present, science tends to see research more in terms of
experimentation rather than mere observation. In this light, research is
defined as “to carry out intellectual and experimental activities
39
systematically with the aim of increasing our knowledge of a given
subject area.”
Due to the nature of the matter in question, research involving human
embryos cannot be conceived as mere observation of the embryo, since
current technology does not allow to obtain much information through
this means. Therefore, almost invariably, research involving embryos
will consist of manipulation of and experimentation with embryos.
On the other hand, from the perspective of philosophy and/or religion
there is no consensus on fundamental truths regarding the nature of the
embryo. Perhaps the real difficulty lies in the fact that an effort is being
made to define, for once and for all, permanent categories for something
that by its nature is developmental and gradual. Views that claim the
embryo is an individual from the very moment of conception are rather
essentialist, whereas others consider that the status of the embryo
requires progressively graded protection, since the embryo does not
become a full individual until the time of birth.
We however, take a different view. We argue that we must seek practical
guidelines for action that are acceptable, and based on scientifically
demonstrated fact, and we must determine what is and what is not
acceptable by reference to Human Rights. It is a matter of undertaking
educational and social action, based on moral and cultural values, and
transferring this to legislation.
And it is precisely here that the Law has a role to play as a means of
conflict resolution and as a system for establishing consensus. We must
lay down behavioural guidelines rather than dig our heels into the ruts
of opposing viewpoints. Achieving compromise in these circumstances
is not a sign of failure, rather it is in all likelihood the only way of
achieving the best and most ethical result, on condition that the diverging
points of view are all accorded equal legitimacy.
It is important to point out that, despite the initial discrepancies that
may exist, it is possible to reach a high degree of agreement among our
neighbouring countries on the fact that the embryo and the foetus have
a special status, although we may not be able to define that status;
similarly, it is usually agreed that foetal and embryonic tissue is
something more than blood, or any other isolated human organ or tissue,
40
and that a certain level of protection for the embryo and foetus is
justified, although this protection is not absolute in the majority of states,
since abortion is permitted in generally limited situations.
On the other hand, national law varies from one country to another,
since some have made provision for situations in which the creation of
embryos in vitro is allowed, whereas Article 18.2 of the Convention on
Human Rights and Biomedicine prohibits the creation of embryos solely
for research purposes. It is also possible to come to the agreement that
maximum importance must be accorded to the consent of those persons
involved in assisted reproduction projects.
However, there are divergent interpretations as to whether embryos
should be destroyed, or donated or used for research (with the relevant
authorisations, under the supervision of ethical committees, for certain
limited and pre-established research objectives, up to a maximum of 14
days in vitro development). On the other hand, if the objective is to
prevent the unnecessary loss of embryos and foetuses, states also have
the obligation to run campaigns to avoid unwanted pregnancies and,
therefore, sex education and information programmes must form an
integral part of public health policies.
In any case, these problems are not entirely new in the area of public
health policies, where some form of gradual continuum is frequently
established, as for example in regulation of abortion, or policies on
sexual risk practices. In all cases, we find attention paid to the rights in
conflict (which are not considered to be absolute), a progressive form
of protection (the individual, foetus, embryo and even preimplantational
embryo), and protection of the rights of the non-autonomous (as occurs
for example, in the field of experimentation).
The political society must be tolerant of those options which do not
demand an extreme sacrifice on the part of the community as a whole
and, in this context, the first instance of this tolerance is acceptance
that it is the concerned persons themselves who must decide whether
they wish to avail of assisted reproduction techniques and if they do,
what should happen to any surplus embryos there may be, either because
reproduction has been successful or because they decide to abandon the
process. The law can only decide itself what is to happen to the embryos
41
in cases in which it is impossible to know the will of the persons
involved.
Our proposal sets out from the basis that embryo research is not, in
principle, to be rejected. The first requirement for its acceptance is the
consent of the gamete or embryo donors, and the second is that the
proposed research work be correct and proportional. The first
requirement concerns the autonomy of the persons involved, the second
scientific and social requirements.
We believe that the rules established concerning embryo research must
be set in a spirit of provisionality, since the pace of scientific discovery
and that of corresponding legislation are by nature different. The distance
separating the real values and behaviour of society and its laws must
not be so great as to convert the latter in nothing more than a collection
of good intentions. Legislating consensus must be established on the
basis of empirical data and in accordance with recognised rights.
In our country, there exist not only directly applicable laws (laws 35/
1988, of 22 of November on Assisted Reproduction Techniques and 42/
1988, of 28 December, on Donation and Use of Human Embryos and
Foetuses or their Cells, Tissues or Organs, and the Council of Europe
Convention on Human Rights and Biomedicine, whose ratification by
Spain was published in the BOE of 20.10.99), but also two important
Constitutional Court rulings (STC 212/96 and STC 116/99).
These can serve as a starting point. However, we would argue for their
modification in that we believe that embryo research should be accepted
not only for diagnostic or therapeutic purposes, but also that the creation
of embryos should be permitted for the purpose of research in certain
other cases, on condition that the protocol is justified and approved by
an ad hoc committee and that previous informed consent is obtained
from the donors of the gametes or embryos. This consent is necessary
in all cases but never sufficient in itself.
In these cases, it is the committees which assess the research protocols
that must decide on the coherence of the approach proposed and establish
proportionality criteria between means and ends. The committees must
be plural and multidisciplinary in composition, although also comprised
of experts qualified not only to decide on the coherence of the research
42
and its means/ends proportionality, but also to seek real consensus, as
opposed to a mere juxtaposition of different positions.
It must be borne in mind that these politico-legal decisions will be taken
in concrete and finite conditions of space and time. Should the decision
be one with general implications, then the general interest must prevail
over the individual, and if, on the contrary it is a decision which affects
specific individuals, it is their interests that must prevail and be the
object of protection.
In any case, legislative decision-makers must consider whether a ruling
which affects fundamental rights, in this case the freedom to carry out
research, enters into conflict with other rights, such as the health, or
wellbeing of the involved parties, or with principles and values, such as
human dignity – which can be interpreted in many different ways but
which, in any case, is not possessed by the embryo, since the embryo is
not a person.
Various types of regulation enter into play at this stage, with their
corresponding penalties: in the strictly legislative area, there is
administrative, private and criminal law; however, there are also
deontological regulations and rules of good professional practice, and
these too can be included in a continuous control mechanism.
In its proposals, the Opinion Group of the Observatori de Bioètica i
Dret sets out from the basis of freedom as opposed to fear, and aims to
establish the conditions of their application and limitations, if necessary.
We hold that it is possible to reach consensus on what should be done in
given circumstances, although the reasons underlying this agreement
may be different. Only if we accept that agreeement on a set of actions,
which should always be amenable to revision, is possible despite the
existence of divergent principles, can we advance in dealing with and
solving the problems emerging in Bioethics.
43
DECLARATION
REASONS FOR THE DECLARATION
In the belief that the problems arising from new reproductive
technologies can only be faced in a context of plural discussion,
cooperation between specialists from different scientific and social
disciplines, and an in-depth public debate.
And that one of the purposes of the state’s role is to promote scientific
research, understood as research employing coherent methods and
seeking rational outcomes which will make a contribution to improving
the quality of human life.
And that there are at present in Spain thousands of frozen embryos in
assisted reproduction centres and that the law does not make specific
provision for embryos that are no longer part of a given reproductive
project.
And that there are not reasonable arguments against research using
surplus embryos or embryos specifically created for research purposes.
And that it is necessary to contribute to social debate so as to create
opinion that will guide the state’s legislation policy.
And in awareness that all criteria for action in bioethics must be subject
to periodical revision, in keeping with the advance of science.
The Opinion Group of the Observatori de Bioètica i Dret has reached
the following
44
CONCLUSIONS
I
Research involving embryos which have been fertilised in vitro is not
objectionable. Research does not have to be limited to purely diagnostic
of therapeutic purposes, and can also be carried out in the circumstances
and cases outlined below:
1. With surplus embryos from assisted reproduction processes with
the consent of the persons involved in the reproductive project:
On admission to an assisted reproduction programme, the persons
involved in the reproductive project must decide what is to happen to
their unused embryos, and this decision must be formally recorded in
writing in an informed consent document.
This decision will include a hierarchy of expressed preferences as to
whether the surplus embryos are to be used for later cycles, donated for
reproductive purposes, donated for research purposes, or destroyed.
The conditions in which the persons involved in the reproductive project
will give their consent must be established. In all cases, this consent
will continue to be liable to withdrawal and modification.
Under no circumstances must the decision taken with regard to use of
the surplus embryos determine admission or non-admission to the
assisted reproduction programme, or the way in which the programme
is to be carried out. In cases in which the persons involved in the
reproductive project do not take any decision regarding the use of surplus
embryos, only those oocytes necessary for one cycle of treatment will
be inseminated.
As part of a transition phase and in order to deal with the already existing
surplus embryos, especially those about which no preliminary decision
was taken as to their final destination, the persons involved in the
corresponding reproductive project should now be located, with a view
to their making a decision in keeping with the criteria set out above.
In cases where it proves impossible to obtain a decision from the persons
involved in the reproductive project, the embryo bank will decide on
45
the final use of the surplus embryos once the legally established period
of time has elapsed.
The embryo bank will endeavour to use the embryos in other assisted
reproduction processes, or have them donated for research purposes.
Should these two options prove impossible, the embryos will be
destroyed.
2. With embryos created expressly for research into pathologies
suffered by the donor couples:
This category includes embryos obtained from couples which are carriers
of a given pathology, who expressly donate their embryos for the purpose
of research into their illness.
The research will be specifically focused on study of the pathology in
question, in accordance with the objectives established in the written
informed consent document they have signed.
3. With embryos created from gametes donated for research purposes
and not in connection with any reproductive project:
Coordination systems must be established so that gametes donated from
individuals which allow to obtain relevant models of human pathology
will be employed for this purpose.
4. With somatic embryos obtained by cloning:
If available technology allows, research using somatic embryos created
by cloning is a recommendable alternative, on condition that their
development is comparable to that of gametic embryos.
The use of somatic embryos produced from cells donated by patients
suffering from genetic diseases is also considered recommendable, since
by definition these embryos will be affected by the disease and therefore
constitute ideal models for research purposes.
46
II
Insofar scientific advances do not require modification of this criterion,
embryo research must only take place within the first 14 days of
development of the embryo.
The creation of gametic embryos for research purposes is only
considered recommendable in cases in which it proves impossible to
obtain results by using animal models, surplus embryos or somatic
embryos.
Embryos which have been used for non-therapeutic research may not
be transferred.
Embryo research will be evaluated, regulated, approved and controlled
by the competent body. This body will be responsible for deciding
whether research projects involving use of embryos are justified or not.
47
MEMBERS OF THE OPINION GROUP OF THE
OBSERVATORI DE BIOÈTICA I DRET WHO HAVE
DRAWN UP THIS DOCUMENT
Dra. María Casado. Directora del Observatori de Bioètica i Dret y del
Master de Bioética y Derecho de la Universitat de Barcelona. Secretaria
de la Comisión de Ética de la UB.
Dr. Josep Egozcue. Catedrático de Biología Celular, Universitat
Autònoma de Barcelona. Asesor del Consejo de Europa y de la Comisión
Europea.
Dr. Camilo Cela Conde. Catedrático de Filosofía Moral de la
Universitat de les Illes Balears.
Dra. Mirentxu Corcoy. Catedrática de Derecho Penal. Universidad
Pública de Navarra.
Dr. Joaquín Martínez Montauti. Coordinador del Servicio de Medicina
Interna del Hospital de Barcelona.
Dra. M. Jesús Montoro. Catedrática de Derecho Administrativo,
Universitat de Barcelona.
Dra. Francesca Puigpelat. Catedrática de Filosofía del Derecho,
Universitat Autònoma de Barcelona. Secretaria del Comité de Ética de
la UAB.
Dra. Encarna Roca. Catedrática de Derecho Civil, Universitat de Barcelona.
Dr. Albert Royes. Profesor de Ética Médica, Facultad de Medicina,
Universitat de Barcelona.
Dr. Javier Sádaba. Catedrático de Ética, Universidad Autónoma de
Madrid.
48
Dra. Ana Sánchez Urrutia. Profesora de Derecho Constitucional,
Universitat de Barcelona.
Dr. Josep Santaló. Profesor de Biología de la Reproducción,
Departament de Biologia Cel.lular, Universitat Autònoma de Barcelona.
Dr. Carlos Simón. Director de Investigación del Instituto Valenciano
de Infertilidad. Valencia.
Dr. Ramón Valls. Catedrático de Historia de la Filosofía y Síndic de
Greuges de la Universitat de Barcelona
Dra. Anna Veiga. Directora del Servei de Biologia, Departament de
Ginecologia, Institut Universitari Dexeus, Barcelona.
Dr. José Luis Velázquez. Profesor Titular de Ética de la Universidad
Autónoma Madrid
Dra. Francesca Vidal. Profesora de Biología de la Reproducción,
Departament de Biologia Cel.lular, Universitat Autònoma de Barcelona.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario