Dr.Omar Franca-Tarragó
Director del Dpto de Eticas Aplicadas
Universidad Católica del Uruguay
Montevideo
DIFICULTADES Y POSIBILIDADES DE LOS COMITES DE ETICA DESDE UNA
PERSPECTIVA LATINOAMERICANA
I. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS Y PRINCIPALES DIFICULTADES EN EL
FUNCIONAMIENTO DE LOS CEA EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO
Es enormemente dificultoso poder mostrar la realidad de la institucionalización de los Comités de Etica Asistencial (CEA) en América Latina, por cuanto:
1. No hay criterios de acreditación de los Comités locales de Bioética como para
solicitar información respecto al número de comités, forma de integración o
metodología de trabajo.
2. No hay investigaciones que se ocupen de forma exhaustiva de hacer el seguimiento
de la institucionalización de los Comités Asistenciales de Etica de América Latina
3. Aunque se pudiese hacer un corte en el tiempo y mostrar la situación objetiva en un
determinado momento, la variación de la realidad es tal que apenas recopilada una
información, ya queda superada por el cambio. Esto se debe a que constantemente
surgen nuevos comités, mientras otros se disuelven o dejan de funcionar; mientras
que unos no existen en la realidad sino solo en el organigrama de las instituciones,
otros organismos consultivos que no son considerados institucionales son los que
realmente contribuyen a las decisiones éticas por fuera de los organigramas
institucionales.
Las dificultades principales que percibo en la organización de los comités de Bioética en
América Latina son de diverso tipo. Pero puedo describir como importantes a las
siguientes.
1. La falta de motivación de las instituciones, que ven en los comités a unos
organismos de enfrentamiento con la autoridad de la institución en la que se
insertan. En algunos casos, las instituciones permiten la conformación de los
comités, pero luego no los apoyan, ni incentivan a los miembros de la institución
para que hagan uso de este servicio especializado de asesoría ética.
2. La falta de motivación en un buen sector del cuerpo médico, que se considera
autosuficientemente como para no necesitar el asesoramiento ético de ningún CEA,
previo a cualquier decisión importante; o que ven en los comités a organismos que
pueden dificultar su tarea clínica o cuestionar su proceder profesional.
3. La falta de liderazgo de una persona éticamente formada, capaz de garantizar
procesos de participación y decisión ecuánime y bien fundamentada en las
recomendaciones
4. La falta de capacitación en bioética de los miembros de los comités, que creen que
dos o tres lecturas relacionadas con Bioética, o una fuerte motivación subjetiva, ya
les brindaría suficiente preparación como para participar y dinamizar a los comités.
5. La falta de metodología de análisis y recomendación de las decisiones
6. El exceso de trabajo de los profesionales de la salud, que hace que no dispongan de
tiempo suficiente o dedicación como para ocuparse de forma extraordinaria de la
labor de estos comités que requiere lectura, reflexión, reuniones presenciales, etc
7. La expectativa de que la función del Comité de Etica Asistencial se reduce a ser
consultado sólo en casos difíciles
II. ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO DE ESTA SITUACIÓN
1. Considero que la aceptación institucional de la existencia de los comités y su
incorporación oficial en los organigramas de funcionamiento institucional es un
elemento de gran importancia; puesto que constituye un “mensaje” institucional que
muestra que su tarea es relevante y respetada por la institución. La aceptación
institucional no debería ser pasiva, es decir, permitir que se conforme el CEA, sino
un papel reforzador permanente de este servicio de consultoría ética..
2. También es de gran importancia que la institución facilite al CEA un lugar
adecuado de funcionamiento donde su material de estudio y de análisis pueda ser
preservado en cuanto a la confidencialidad; también es conveniente la
infraestructura de material de trabajo y la autorización para usar los canales de
comunicación de la institución.
3. una capacitación suficiente respecto a las concepciones éticas más relevantes de la
actualidad; de cuales son los derechos de los enfermos y de los médicos; de cuales
son los imperativos bioéticos más fundamentales y de los métodos adecuados para
tomar decisiones éticas cuando se tratan dilemas clínicos difíciles
4. La ubicación de la persona capaz de liderar la continuidad del CEA. Dicha persona
debería contar con formación bioética, tener un talante dialogante, al mismo tiempo
que ser firme y perseverante en la responsabilidad de llevar adelante la dinámica del
Comité
5. una integración variada de profesionales de la salud y de profesionales no sanitarios
o miembros de la sociedad, que aseguren una pluralidad de perspectivas en el
análisis de los dilemas y en la fundamentación de las decisiones.
6. Contar con un reglamento de funcionamiento reconocido por la institución y con
unos integrantes oficialmente nombrados por la institución en la que se desempeñe
el Comité, a fin de que el conjunto de los miembros de la institución reconozcan a
los miembros del Comité con la autoridad delegada por la institución.
7. Contar con una periodicidad fija de reuniones (se puede empezar con una reunión
mensual) en un horario que siempre se cumpla. Las reuniones extraordinarias
pueden ser suscitadas por problemas sorpresivos o fuera de lo previsto.
Normalmente un comité debería empezar dando los siguientes pasos:
a. Constitución y nombramiento de los integrantes
b. Decisión de periodicidad de las reuniones, días y horarios
c. Estatuto de funcionamiento que se eleve a la autoridad correspondiente para
ser aprobado.
d. Reconocimiento de los derechos de los enfermos y de los médicos tal como
se concretan en esa institución y elaboración de una cartilla sencilla en la
que se informe a los involucrados de la forma de relacionamiento adecuado
entre los pacientes y el personal de la salud
e. Elaboración de ciertos criterios de decisión ética que puedan ser valiosos a
tener en cuenta en aquellas circunstancias más frecuentemente planteadas en
la institución donde funciona el comité.
f. Instrumentación de ciertas ocasiones formativas para los miembros del
comité y para el resto del personal involucrado en la institución.
g. Apertura al análisis, fundamentación y recomendación de decisiones éticas,
en ciertos casos extraordinariamente dilemáticos y difíciles.
III. COMETIDOS Y OBJETIVOS DE UN COMITÉ LOCAL DE ÉTICA
ASISTENCIAL DESDE LA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA
1. Es oportuno señalar algunas concepciones erróneas de la dinámica y objetivos de un
CEA
a. Conformarlo con un objetivo restringido a casos difíciles. Esta expectativa
suele ser la principal causa de la desilusión de los miembros del Comité en
la perseverancia de su actividad.
b. Conformarlo como una iniciativa particular de algunas personas interesadas
de la institución. Cuando esto sucede, el Comité no tiene ninguna relevancia
institucional ni recibe la aceptación del cuerpo médico o de enfermeras, que
ven en el grupo a personas amigas que se reúnen a hablar de ética
c. Conformarlo como una iniciativa de la institución que nombra a sus
miembros verticalmente. Cuando esto sucede, los miembros subordinados
de la institución pueden ver en el Comité a un organismo de control de la
conducta ética de los integrantes de la institución
d. Conformarlo sólo con una función educativa ética para sus miembros. El
estudio y la formación ética es una labor inestimable, pero no debería ser el
objetivo que sustente el funcionamiento continuo de un CEA
Un enfoque adecuado y aceptable del papel y cometidos de un Comité de Etica pueden
formularse de la siguiente manera:
1 Función Educativa
a. hacia sus propios miembros
b. hacia los miembros de la institución
c. hacia los pacientes, familiares y el resto de la sociedad (cuando surgiese la
oportunidad)
En este sentido se concibe a un CEA como un lugar de “alfabetización” de la
conciencia moral de las personas involucradas en el campo de la salud en un doble sentido:
a. Protección permanente de los derechos de las personas enfermas. Aquí es de particular
relevancia la elaboración de cartillas de Bioética, que son pequeños opúsculos escritos, en
un lenguaje sumamente accesible para todo público en el que se expresa con claridad y
sencillez cuales son los derechos y responsabilidades de pacientes y médicos cuando
entablan la relación mutua en el ámbito hospitalario.
b. Función educativa o formativa en Bioética hacia el personal de la salud. Esta labor de
reflexión ética sistemática y continuada en el seno de las instituciones puede subdividirse
esta función en: 1. sensibilización; 2. información; 3. responsabilización.
En este cometido el CEA tiene una función fundamental hacia el personal sanitario de un
hospital y entabla una labor preventiva en el sentido de preparar al personal para que sepa
orientarse personalmente una vez que surgen los problemas éticos.
2 Función orientativa o prescriptiva de patrones éticos
permanentes
a. Establece cuales son los derechos y deberes de pacientes y del personal de la
salud en sus relaciones mutuas. Forma parte de esta tarea, que el CEA se
convierta en un organismo donde los pacientes puedan canalizar sus quejas a
la institución. En ese sentido sería un ámbito donde se formule, en términos
accesibles a la institución, aquellos patrones de corrección de conductas y
actitudes, necesarias para garantizar los derechos de los pacientes.
b. Establece patrones éticos permanentes cuando se trata de determinados
problemas éticos. Desarrollo de criterios permanentes de conducta y de toma
de decisiones éticas y de "políticas" institucionales cuando éstas ponen en
juego cuestiones de justicia u otros valores éticos. Se trata de introducir el
juicio ético en el juicio clínico. Sería el cometido que concibe a los CEA
como un grupo que decide los criterios éticos a tener en cuenta para casos
bien determinados. Así sería el organismo responsable de fijar protocolos de
decisión para los casos previsibles de conflictos. Sería el que fija la
"política" ética, es decir lo que debe hacerse –por ejemplo- en caso que un
paciente muestre EEG plano o cuando nace un niño con malformaciones,
etc., o cuándo es necesario dar la orden de no reanimar a un paciente
terminal o de solo hidratar, etc. Dentro de este cometido de planificación, un
CEA se encargaría de informar a los pacientes sobre cuáles serían los
criterios éticos que se aplican en dicho hospital, para que todos lo sepan.
3 Función Consultiva
La función consultiva es la primera que surge a la mente cuando nos referimos a los
Comités de Etica Asistencial. Sin embargo, en la práctica, esta tarea puede estar muy
reducida en tiempo dedicado, puesto que lo deseable es que los casos clínicos éticamente
dilemáticos sean resueltos por los mismos equipos de profesionales que están involucrados
con el paciente problemático.
Además de la función consultiva para estos casos excepcionales o particularmente
difíciles, no es subestimable en el contexto latinoamericano, la función de apoyo
emocional que posibilitan los CEA. Esto se da porque el CEA permite a los profesionales
involucrados con casos difíciles, la posibilidad del debate serio, del intercambio equitativo
de opiniones, de la expresión de los sentimientos, preocupaciones y tensiones sufridos en
contacto con los casos límites y los problemas éticos que estos plantean. De esa manera un
CEA permite a los médicos encontrar apoyo, consuelo, relajación de la tensión, aclaración
de dudas, manifestación de puntos de vista, confrontación de opiniones y emociones.
En resumen, considero que en la perspectiva latinoamericana, un CEA se justifica como
servicio permanente de ética en las instituciones asistenciales, en la medida que se
ocupe de:
1. detectar aquellas situaciones en las que se puede fortalecer y garantizar la finalidad
"humanista de la medicina" y el adecuado equilibrio de derechos y deberes, tanto de
los pacientes, como del personal de la salud
2. Intrumentar la formación ética permanente en todos los estamentos del equipo de
salud;
3. ser el organismo competente para que los pacientes puedan encontrar un
intermediario respetuoso entre sus intereses y los intereses de la institución, en lo
que a problemas éticos se refiere..
4. ser una instancia pluralista de análisis y resolución de los conflictos éticos concretos
que los profesionales o familiares de los pacientes no saben cómo resolver.
5. hacer de soporte emocional para los profesionales que se enfrentan a decisiones
muchas veces relacionadas con la vida y con la muerte de sus pacientes.
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